La repetición de las infecciones urinarias que no desaparecen con el tratamiento indicado por el médico tratante, pues los síntomas reaparecen nuevamente, una y otra vez, obligan a la paciente y al médico tratante a preguntarse si realmente se trata de una simple infección urinaria o de algo más.
Precisamente, cuando el tratamiento contra el diagnóstico de infección urinaria no desaparece, es el momento de plantearse la posibilidad de que exista una cistitis intersticial.
Sobre el particular, primero debemos recordar que la vejiga es un músculo hueco, cuya función es almacenar la orina, que una vez llena, envía señales nerviosas al cerebro para que ésta inicie su vaciamiento. Este ciclo es el responsable de las permanenetes ganas de orinar que experimentan las pacientes.
En las pacientes con cistitis intersticial, estas señales se mezclan, las ganas de orinar aumentan y el volumen de orina se reduce a un chorrito.
¿Qué significa esto? En el caso de haber cistitis intersticial, estamos hablando de una infección crónica de la vejiga que cursa con dolor y ardor al orinar y es además, una causa frecuente de dolor pélvico crónico.
Los síntomas son desde muy leves hasta muy dolorosos. Cuando es este el cuadro, se está ante la presencia de lo que se conoce como síndrome de vejiga dolorosa.
Hasta ahora, la ciencia no ha determinado la causa, por eso las pacientes con esta afección no reciben un diagnóstico y un tratamiento oportuno.
Hay pacientes que tienen periodos largos sin síntomas: otras, lo experimentan ante eventos muy puntuales, como por ejemplo la menstruación, el estrés, el ejercicio, permanecer mucho tiempo sentada o tener relaciones sexuales.
El diagnóstico se basa en la sospecha clínica derivada del informe de las pacientes que refieren repetición de infecciones urinarias. Por eso, lo correcto es que se le indique una citoscopía, examen que permite ver a través de la uretra con un instrumento dotado de una cámara, la superficie interna de la vejiga.
El tratamiento indicado no es perfecto ni 100% curativo, porque la cistitis intersticial es una afección crónica. Lo que sí hay es un conjunto de alternativas destinadas a reducir los episodios de dolor y las ganas continuas de orinar. Si bien la cistitis intersticial no es una patología maligna, si afecta la calidad de vida de la paciente, que para evitar se prolongue debe acudir con su ginecólogo de confianza.